La inmunoterapia representa probablemente el campo más desafiante en el que pueden aplicarse los últimos descubrimientos en medicamentos de terapias avanzadas (ATMP). Las recientes aprobaciones de la FDA y la EMA y los proyectos abiertos del creciente número de empresas biotecnológicas de todo el mundo dan fe de este hecho. En este campo, la fabricación de CAR-T (células T receptoras de antígenos quiméricos) representa una de las oportunidades de investigación más interesantes.
Muchas empresas están desarrollando sus propios productos CAR-T, dirigidos a diferentes expresiones genéticas tumorales y mecanismos de acción. Cada procedimiento tiene un enfoque específico, un proceso de fabricación adecuado y una tecnología.
Impulsados por el mismo impulso positivo, los desarrolladores de herramientas se esfuerzan por proporcionar a las empresas biotecnológicas una variedad de tecnologías (es decir, dispositivos de cultivo y procesamiento) para cultivar estos grandes números de células, mejorando las cantidades de producto y la calidad microbiológica e intrínseca global del producto. Al mismo tiempo, todo el mundo está intentando abordar la escalabilidad de la fabricación, que sigue siendo un aspecto crucial si quieres que los productos CAR-T estén disponibles para su reembolso: sus elevados costes actuales se deben al complejo proceso de fabricación, así como a la amortización de los costes de I+D.
Las células T que pretenden convertirse en CAR-T se cultivan muy a menudo en dispositivos cerrados en los que se las puede: suplementar con medios, factores de crecimiento y acondicionamiento, dejarlas en cultivo durante el tiempo debido y finalmente cosecharlas antes de administrarlas al paciente. Por supuesto, está fuera del alcance de este artículo debatir los procedimientos de fabricación individuales, o qué dispositivo es mejor para el cultivo de células CAR-T. Lo que queremos señalar es el hecho de que muchos de estos procedimientos están estrictamente ligados a un dispositivo de cultivo específico: los más fáciles son sólo dispositivos "pasivos", mientras que la mayoría parecen estaciones "activas" muy complejas.
La filosofía que subyace a nuestro enfoque no se vincula a ningún dispositivo específico en el que se cultiven CAR-T. Los usuarios no están obligados a preseleccionar un medio de cultivo y un dispositivo a utilizar, y tampoco hay limitación en la cantidad de células que se pueden cultivar, ya que el volumen interno (hasta 70 litros) es suficiente para dar cabida a cualquier posible necesidad, a diferencia de otros dispositivos del mercado (por ejemplo, los que se basan en costosos cartuchos de pequeño volumen).
El concepto es entonces permitir flexibilidad en la técnica de cultivo de tus CAR-T (bolsas, frascos, botellas, cartuchos permeables). Además, el entorno de procesamiento puede ser desinfectado automáticamente por lo que puede utilizarse para alternar el procesado de diferentes materiales de pacientes y/o lotes de materiales procedentes de diferentes fuentes de incubación.
Con algunos pasos de automatización fácilmente implementables en el mundo del cultivo tradicional, el sistema contribuye a evitar la multiplicación de los entornos de procesamiento, lo que repercute fuertemente en tus costes de producción, representando así el "mejor ajuste" desde el punto de vista de la escalabilidad de tu aplicación de fabricación de CAR-T o ATMP genéricos.